jueves, 7 de noviembre de 2013

Los JJOO retornan a ¿su patria?: Atenas 2004


En 1996 el Movimiento Olímpico contemporáneo cumpliría 100 años, de modo que Atenas presentó su candidatura para celebrar esos JJOO. Aunque muchos ya asumían que acabaría acogiéndolos, fue vencida en la votación del COI por los 51 votos de la estadounidense Atlanta frente a 35 votos de Atenas. Sin embargo, la ciudad norteamericana quiso hacer un guiño a los griegos en esos Centennial Games haciendo disputar el fútbol en una ciudad llamada Athens del estado de Georgia, del que Atlanta es la capital.
Con vistas a 2004, Grecia quiso volver a acoger los JJOO aludiendo a su doble derecho histórico: por ser casa de los Juegos de la Antigüedad y de la primera edición moderna de 1896. La gran adversaria acabaría siendo la otra gran ciudad de la Antigüedad clásica, Roma, que precisamente hacía un uso interesado de ese pasado al elegir un dibujo del Coliseo como emblema de la candidatura. Atenas fue elegida en 1997 por el COI tras una intensa campaña en que recurrió, más que a describir las mismas instalaciones, a explotar la simpatía hacia la esplendorosa ciudad de la Antigüedad. Esa sensación de que el COI premiaba a Atenas más por su pasado más que por su mismo proyecto para los JJOO del 2004, queda plasmado en este artículo del New York Times publicado el día después de la elección:
The Olympics returned to the country of their ancient beginnings and the city of their modern revival when Athens was selected today by a surprisingly wide margin over Rome to be the host of the 2004 Summer Games. By a vote of 66 to 41, the members of the International Olympic Committee removed the sting of rejection that Athens felt seven years ago when Atlanta was chosen as host of the 1996 centennial Olympics. It was in Olympia, Greece, that the ancient Games began in 776 B.C., and it was in Athens that the modern Olympics were revived in 1896 (…) Once Athens demonstrated this preparedness, I.O.C. members felt they could make the sentimental choice to return the Olympics to their birthplace. ‘When you get on an equal plateau, you get the benefit of tradition and sympathy,’ said Dick Pound, an influential Canadian I.O.C. member. Carlos Ferrer, an I.O.C. member from Spain, said that after the transportation and technology problems in Atlanta, some of his colleagues felt guilty about not having awarded the centennial Games to Athens. Once the city proved capable of conducting the 2004 Games, he said, I.O.C. members ‘felt some indebtedness to Athens’”. (New York Times, 6 de septiembre 1997)
Aunque los atenienses habían renunciado a la soberbia y la falta absoluta de planificación que demostraron en la carrera por los Juegos de 1996, que ya creían suyos, justo antes de que empezaran los de 2004 se percibían “las preocupaciones que arroja un país que se encuentra en el vagón de cola de la UE, que ha tenido que modernizar todas sus infraestructuras para este gran evento y en el que aún olerá a pintura y alquitrán para el 13 de agosto [día de la ceremonia de apertura]”. Pero el comentario más habitual en casi todos los medios del planeta era la idea de que los Juegos retornaban a su tierra natal (Le Monde 15 de agosto 2004).
Esto decía el especial del diario Marca dedicado a Atenas 2004. Es decir, la elección de Atenas se debió más al peso de la Historia y del legado antiguo de la ciudad, que a su propio proyecto organizativo. El mismo presidente del COI, Jaques Rogge, lo confirmaba al declarar poco antes de ese día 13 que “Atenas 2004 es un agradecimiento a Grecia por inventar el Olimpismo” (Guía Marca de Atenas 2004, 6). En la Grecia contemporánea la cuestión de la identidad nacional y su necesidad de autoafirmarse frente a unos países europeos más poderosos, quizás añorando los gloriosos años de la hegemonía cultural antigua, fueron una razón suficiente para querer rentabilizar la organización de este evento mundial. Además de convertir los Juegos en una cuestión nacional, marginando las protestas contra el excesivo coste que implicaban, las autoridades y los medios de comunicación vincularon el éxito que supondrían con el resurgir de aquella Grecia gloriosa. Un ejemplo de ello es la repentina e improvisada iniciativa de construir museos arqueológicos y de arte por el país, que mostraran a todos los extranjeros que asistieran a Atenas 2004 el riquísimo legado de la cultura griega (Kokkinidou 2011, 249-251).

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