martes, 5 de noviembre de 2013

El Mare Nostrum durante Barcelona’92: la apertura


Durante la ceremonia de apertura, justo después de las actuaciones musicales y antes del defile de países y del encendido del pebetero, el grupo teatral La Fura dels Baus interpretó el espectáculo ‘El Mediterrani’, que ahondaba en la idea de unos JJOO ligados a este mar. El motivo oficial que inspiraba esta performance era el viaje de Heracles, el mítico héroe griego, “para conocer los límites del mundo”, según leían en el guión Matías Prats y Olga Viza presentando la retransmisión. Efectivamente, esta figura religiosa era el culto relacionado con las expediciones y colonizaciones por el Mediterráneo oocidental de los navegantes fenicios y griegos de los primeros siglos del I milenio a.C. (Melkart era la divinidad fenicia que los griegos sincretizaron como Heracles y los romanos como Hércules). Y añadían que en este viaje Heracles realizaba “la primera carrera olímpica que parte de Oriente a Occidente”, en referencia a que el poeta Píndaro lo consideró fundador del santuario de Olimpia y de sus Juegos para así honrar a su padre Zeus (Píndaro Odas Olímpicas 6, 65-70 y 10, 24-59).
En un estadio teñido de azul apareció un artefacto con forma humana y que representaba a Heracles en una doble tarea: competir contra otros atletas en esa primera competición de Olimpia y personificar las empresas colonizadoras que cruzaban el Mediterráneo para alcanzar la Península Ibérica. Al llegar al otro fondo del estadio, metáforas respectivas del lejano Estrecho de Gibraltar y de ese mar, el héroe se dispuso a separar las Columnas de Melkart, área en la que se asentaron los colonos fenicios desde el 1000 a.C. Esta región del Extremo Occidente quedaría abierta al comercio y la colonización de las civilizaciones greco-orientales (Domínguez Monedero 2001, 119-131).
El estadio, transformado en el antiguo Mediterráneo (fuente: Barcelona Olímpica)
Se trata de una escena para la cuál La Fura dels Baus emplearon una considerable documentación histórica con la que llevar a cabo una alegoría de la llegada de las civilizaciones greco-orientales a la Península. Aunque se trataba de establecer lazos entre Barcelona 1992 y los antiguos griegos, lo cierto es que en esta performance parecía darse todo el mérito a los helenos a pesar de la importancia colonizadora que también tuvieron los fenicios. De hecho, la ciudad de Barcelona fue fundada como Barkeno (Barcino bajo los romanos) por Cartago, la colonia fenicia en el actual Túnez. Más exactamente, fue el caudillo cartaginés Amílcar Barca quien creó un asentamiento aprovechando las ventajas militares de Montjuïc en el 230 a.C., antes de la II Guerra Púnica. Es decir, el espectáculo supo conjugar las dos tradiciones que atribuían a Heracles la fundación de Barcelona y la de los antiguos Juegos Olímpicos.
A continuación, La Fura dels Baus hicieron surcar ese “Mediterráneo, mar olímpico, mar de la civilización” por una embarcación que simbolizaba “las culturas mediterráneas” y los mencionados navegantes que desde Grecia y Oriente llegaron a las costas catalanas e ibéricas. Durante el duro viaje por lo que simulaba ser las aguas del mar, los actores debían afrontar los peligros que tanto temían los antiguos marineros, como las tormentas y los vientos adversos. Unos peligros que se endurecieron en forma de monstruos, bajo un planteamiento de “un combate entre el caos y la civilización, entre el bien y el mal”. Esta idea presente en la performance era un asunto recurrente en la imagen que tenían los griegos del Arcaísmo sobre la navegación por alta mar, marcada por el temor a lo desconocido. La obra literaria más emblemática de esta época, ‘La Odisea’, es un relato constante de los monstruos y peligros a los que se debió enfrentar el héroe griego en su regreso a Ítaca, como el temible cíclope Polifemo o el canto de las sirenas (Homero, Odisea 9, 177-535 y 12, 39-72).
La intención de relacionar Barcelona con el Mediterráneo antiguo y con los agones de Olimpia cuajó en los visitantes de todo el planeta que asisitieron a la apertura. Según recoge el ‘Official Report’ de los Juegos, el diario alemán Frankfurter Allgemeine informó de ceremonia y el ambiente que se respiraba señalando que “they are the little heroes of the Games. The Barcelona volunteers have put themselves at the service of the fascination of Olympia”, mientras que el italiano Le Figaro decía que “Barcelona is not a city, it is a slogan. Since July 25, Barcelona has been a daily miracle (…), offering the gift of the temples of Olympia: prayer, beauty and genius. It is a gift of the gods”.

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